Belén decidió no dedicarse al ballet de forma profesional para iniciar sus estudios de arquitectura, pero con 20 años el amor se cruzó en su vida y lo dejó todo para marcharse con su chico a vivir a Italia y casarse. El amor duró solo dos años, pero no borraría esa experiencia de su vida, además de porque terminó siendo bilingüe en italiano, algo que profesionalmente la ha ayudado, porque vivió y disfrutó su amor muy intensamente.