Desde que llegó a Los Olivos, Orson Benavente ha causado furor. Primero en Irene y ahora en Fernando. El empresario se sintió muy atraído por el chef desde el principio, y han pasado muchas horas juntos intentando reflotar el restaurante del selecto club social.
Tras su breve idilio con una de las camareras, Irene, Orson le confesó a Fernando que él no se enamoraba "del género", sino "de las personas". Poco a poco, entre ambos se fue creando una complicidad de lo más especial que culminó con el hermano de Olivia besando al cocinero en la inauguración del nuevo comedor.
Fernando no pudo pegar ojo desde aquella noche y decidió pedir disculpas a su empleado. "Ese no era yo, nunca más volverás a verme así", intentaba explicar a Orson. "Nunca digas nunca", le responde él. Tras esta breve conversación, el hijo de Sonia le propone ambientar el comedor con un hilo musical y asegura que él tiene una gran colección de álbumes.
Orson cree que la música entorpece la conversación de los comensales, pero a él también le gusta la música y le propone a Fernando ir a ver su colección a su casa.