Las calles de Pripyat llevan más años sin vida que con vida. La ciudad tenía solo 15 años cuando fue evacuada y ya lleva 25 vacía. Sus increíbles avenidas se han convertido en una maraña de bosque y maleza. Pripyat tenía los mercados más abastecidos de la URSS, un enorme teatro del que quedan solo sus carteles, un hotel internacional y un parque de atracciones que todavía no se había inaugurado y que hoy día se ha convertido en un símbolo de la destrucción nuclear.