Marian recibe una llamada mientras permanece ingresada. Es su madre Cata. Ha decidido mudarse a su nueva casa, pero para la periodista es un nuevo problema. Es bipolar y tiene que estar encima de ella, además la desestabiliza constantemente.
Pero Cata hace oídos sordos. Además aparece en el hospital y le cuenta a todo el mundo que Marian está ingresada, le están haciendo pruebas. Pero también se lo suelta a Elsa a quien no debía de decírselo.
Para Marian, su madre es una carga porque ahora no solo tiene que cuidar de su hija sino que también de ella, y ahora no tiene fuerzas.