Chema sigue intentándolo con su hija pero Elsa sigue haciendo responsable a sus padres de su anorexia. El profesor de literatura se ha acercado a la joven, pero ella ha sido más dura que nunca con él.
En su nuevo intento, Chema la pide que desayune una barrita delante de él, pero ella se niega, “tú le dices a mamá y a Olivia que yo me he comido eso y he chupado hasta el envoltorio y así nos dejan a los dos tranquilos”, le propone, sin embargo, él no está dispuesto a hacer lo que su hija le diga, “no voy a engañar a tu madre”, sentencia.
Así que Elsa no tiene más remedio que comérselo… Se lo mete en la boca y al segundo lo escupe todo. “¡Ya está bien!”, exclama Chema, está harto de su hija. Y la coge en volandas y se la lleva de la habitación… Olivia y Marian son testigos de la escena, pero la doctora no va a impedirlo…
Chema la mete en su coche y se la lleva lejos para explicarle lo que a él también le ha pasado, y dónde y con quién ha encontrado la paz y la tranquilidad. Le ha presentado a su caballo.