Andy sigue sin poder controlar su ira y sus impulsos. Además se está recuperando tras la paliza que le pegó Alicia en el hospital. El adolescente sigue sin querer ver a su madre pero el nuevo terapeuta va a intentar ayudarles.
La familia al completo comienza a ir a su terapia, y en la primera sesión parece que no les convence mucho. Eduardo les propone un juego, tienen que ayudarse mientras navegan en un imaginario barco. Luisa es el timón y su ex y su hijo son los que van a remar.
Con las indicaciones de Luisa tienen que intentar no hundirse pero la cosa no acaba bien: los tres discuten y Andy termina muy nervioso. Eduardo les explica que tienen que aprender a estar en familia.