'Los vecinos de la casa de al lado' han vivido un despertar de lo más extraño. Ninguno de los concursantes esperaba que ocurriera lo que sucedió a primera hora de la mañana, cuando un sondo muy extraño sonó en todos los apartamentos y nadie daba crédito.
El primer apartamento en el que sonó fue en el que duermen Gabriella y Álvaro Boix. La cámara enfocaba al concursante que, sin inmutarse demasiado, levantó la mirada para ver qué estaba pasando y, al no reconocer el sonido, bajó la cabeza y siguió durmiendo. Sin embargo, Gabriella si reaccionó, se le escapó una sonrisa y mientras se estiraba dijo: "Para que te despiertes con un tono de voz bonito... ¡como por ejemplo el mío!".
En cambio, en el otro apartamento no se lo tomaron con tan buen humo. Julen de la Guerra estaba durmiendo cuando, de repente, empezaron a sonar unos gritos que le hicieron abrir los ojos y estar en alerta. El concursante casi pega un salto de la cama y se queda mirando a la ventana, un acto reflejo inmediato. Al reconocer de quién era la voz de los gritos se volvió a tumabr en la cama y pasó del tema.
Mayka Rivera estaba durmiendo en el sofá y al escuchar los gritos no pudo evitar levantar la cabeza para mirar rápidamente a su compañero Julen de la Guerra. Al principio estaba asustada, pero al conocer de quién era la voz de los chillidos, se relajó y acabó durmiéndose otra vez.
Para terminar, los gritos que se escucharon a través de los altavoces de los apartamentos era una secuencia en audio de Gabriella en la que la concursante chillaba en tono desesperado: "¡Pimientos! ¡Pimientos! ¡Pimientos!". Un comentario que se repetía una y otra vez y que dejaron a los concursantes sin palabras.