Candela recibe una inesperada llamada de Chino desde la cárcel: "¿Quién coño es Massimo Salvatori? No lo conozco, por suerte para él porque si no estaría en el fondo del río. Un tío del módulo seis me ha arreglado el móvil que me trajo pepe. Yo estoy todo el día pensando en ti y tú de viaje romántico en Praga. Sé que esto es muy difícil para ti, eres una tía cojonuda y no puedo pretender que te pases toda la vida sola, pero…¿Qué necesidad había de que yo me enterara?", grita su novio al otro lado del teléfono.
Cuando Massimo llega a casa se encuentra a Francesca con el collar de Candela. "Estaba en tu cama", le dice. "Te lo explico, te lo he comprado en Praga, en un puesto de la calle. Es un detallito, pero después no te lo he dado porque me parecía muy poca cosa para ti", comienza mintiendo el italiano.
Finalmente, el empresario le cuenta la verdad a su novia y le explica cómo conoció a la española. "Cuando devolví el coche vi esa cadena y me la guardé en la chaqueta. No ocurrió nada, te lo juro. Si además era un adefesio la pobrecilla. Quiero seguir viviendo contigo y que nos casemos. No quiero a nadie más. Te estás preocupando por nada", le asegura.