Candela y Massimo vuelven a sus respectivos hogares pero son incapaces de olvidarse el uno del otro
La española y el italiano ven visiones tras su encontronazo en el aeropuerto
El primer encuentro entre Candela y Massimo es completamente desafortunado. La sevillana choca con el italiano en el aeropuerto y el teléfono móvil de este termina hecho pedazos. Muy enfadado, el de Roma descubre que ha perdido su cartera y pide a la policía que busquen a la misteriosa joven. Sin embargo, Massimo tiene que tragarse sus palabras al descubrir que Candela no es ninguna ladrona y que solo pretendía devolver su cartera tras encontrarla tirada en el suelo.
Sus respectivos vuelos de vuelta a casa quedan cancelados por la huelga de controladores aéreos y deciden alquilar un coche para desplazarse hasta el centro de Praga. Durante el trayecto la bailarina no deja de hablar y termina con la paciencia del Massimo. "Estate calladita o te bajas ahora mismo a contarle tu vida a otro porque a mí me resbala del todo”, le pide.
Enfadada, la profesora de flamenco decide llegar a la capital de la República Checa por sus propios medios. Una vez allí vuelven a encontrarse y se ven obligados a compartir mesa en un restaurante. Se trata de un lugar muy especial para ambos ya que los dos estuvieron allí cenando con sus parejas hace diez años. Su mala relación desaparece y después de cenar aceptan dar un largo paseo juntos por la ciudad europea.
Tras decirse adiós y volver a sus hogares, Candela no logra olvidarse del de Roma. Escucha su voz y cree verlo frente a ella. Poco a poco comprende que su madre no se equivocaba al predecir que un hombre cambiaría su vida en aquel viaje. Por su parte, Massimo tampoco puede quitarse de la cabeza a la española e incluso pide ayuda médica al sospechar que algo no funciona del todo bien. Cuando mira la foto que tiene junto a su novia en el restaurante de Praga, descubre que Candela estaba sentada justo detrás.