Es uno de los momentos en los que más tensos se ponen los pequeños y no es para menos. Silencio total en un plató en el que solo se escuchan los pasos de los niños subir las escaleras del escenario. Ellos se ponen muy nerviosos pero ¿y los coaches? Antonio Orozco confiesa que también: "Tenemos los mismo nervios que vosotros. Compartimos lo que vivís y nos ponemos en vuestra piel, por eso nos emocionamos tanto".