La voz de Javi Mota tocó la fibra de Melendi. Cuando dio al pulsador, se giró y de un salto se subió en su silla al grito de ‘¡Sí, señor, vamos!”. Al finalizar la actuación, el de Asturias agarró a Javi como si de un talismán se tratase: “A mis brazos Javi, que he terminado. Quiero decir que, a parte de que me he quitado la presión total y absoluta que tenía, creo que me he llevado un ‘mega crack’ y menuda pinta tiene, ¿o no, chicas?”.
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