Trinidad Amador ha contado su historia sin poder contener las lágrimas: “Mi vida ha sido muy sacrificada. Llevo desde los 16 años trabajando muy duro. Mi primer trabajo fue con la aceituna, algo muy duro, muy pesado. Un trabajo de hombres. Creo que me merezco otra vida, algo mejor, algo que me ilusione y que me llene. Eso es para mí estar en ‘La Voz’, ha explicado con una alegría trágica que enamora a cualquiera. La artista está “muy contenta” porque los ensayos han sido productivos y ya está preparada para enfrentarse a las audiciones a ciegas.