Atreverse con un tema de la altura del ‘Think’ de Aretha Franklin es arriesgado, pero Susana lo defendió divinamente sobre el escenario, haciéndolo suyo, sin necesidad de emular los alardes vocales de la dama del soul. Bastó para que los coaches, uno a uno, se dieran la vuelta maravillados. La artista terminó exhausta su actuación y aceptó de buena gana el vaso de agua que le ofreció Malú.