Terelu y Carmen fueron a darse una vuelta por Viña del Mar y acabaron en el puesto de un señor que, además de vender joyas artesanales, echaba las cartas. Carmen animó a Terelu y, finalmente, se lanzó a preguntar si estaba cerca de encontrar al amor de su vida. Lo mejor de todo fue lo que le dijo: “No me conoce y me ha clavado”.