“A Terelu la talla 36 le estaba grande, eso hasta que pasó lo que pasó. Durante años dije que si hubiese tenido otro hijo me daba igual que fuese guapo, feo, niña, niño… solo quería que comiese porque no me comían nada”, recordaba María Teresa Campos de su hija. “Yo me miraba antes en el espejo y me gustaba, me sacaba defectos porque he sido muy crítica conmigo misma, pero ahora no me identifico”, asegura la propia Terelu.