A la orden de “tenéis que desalojar este edificio, está expropiado por el Ministerio de Fomento”, los aguerridos habitantes de Mirador de Montepinar responden con contundencia: “De aquí, no nos mueve ni dios”. Este es el detonante que enciende la mecha de su épica lucha por defender sus hogares de la inminente expropiación en el último capítulo de la 12ª temporada de ‘La que se avecina’, que Telecinco emitirá el lunes 25 de abril en prime time.
Alberto Caballero, creador y productor ejecutivo de la serie: “Estamos felices y agradecidos por poder despedir a Mirador de Montepinar después de 12 intensos años que ‘La que se avecina’ no ha dejado de darnos satisfacciones. Un abrazo a todos los montepinarianos, nos vemos pronto en nuestro nuevo hogar”.
Incertidumbre, nervios y el anhelo de que se obre el milagro del justiprecio por sus viviendas embargan a estos vecinos en pie de guerra que no dudarán en enfrentarse a quienes pretendan desalojarles: operarios, policía y fuerzas especiales. Antonio Recio, autoproclamado líder supremo del movimiento vecinal, comandará la titánica resistencia, que contará con el apoyo popular de grupos espontáneos de payasos justicieros, suscitará enorme interés mediático y tendrá gran eco en redes sociales a través del hashtag #MontepinarResiste.
Este capítulo, que rinde homenaje a los 22 protagonistas de la comedia, es un homenaje a la unión vecinal y muestra cómo tras doce años de ardua y compleja convivencia los propietarios y residentes, atrincherados en el interior del inmueble, aparcan sus diferencias para combatir la mayor amenaza de su historia. Junto a ellos, juega un papel destacado el emblemático edificio, escenario en el que transcurre toda la acción del episodio y testigo de las inquietudes de los heroicos protagonistas.
Emprender la huida a la playa con Fermín o permanecer junto a su marido, Antonio Recio, en el momento en el que la necesita más que nunca, es el gran dilema al que se enfrenta Berta. Tras dudar de la idoneidad de fugarse con su amante, la primera dama de Mirador de Montepinar requiere la ayuda espiritual de su mayor confidente, el padre Alejandro. Entretanto y contra todo pronóstico, Fina logra escapar de su cautiverio en el búnker nuclear, construido en el sótano del edificio por iniciativa del mayorista de pescado.
Por otra parte, a Amador se le acumulan los problemas cuando Maite e Irene descubren su doble juego. Sobrepasado por los últimos acontecimientos, marcado por el desamor y aterrado ante la idea de quedarse solo, el Cuqui se plantea poner fin a su vida.
Mientras se preparan para luchar hasta el final, los propietarios y residentes de Mirador de Montepinar rememoran con humor y emoción algunas experiencias que han compartido en el vecindario.