Todo el pueblo les ha recibido con las manos abiertas. El alcalde está encantado de poder repoblar su pueblo porque se estaba quedando vacío. A cada montepinariano les ha tocado un casa, unas más bonitas y otras más rancias. Pero lo que todavía no sabían era que no iban a vivir gratis, cada uno de ellos van a tener que trabajar para Villazarcillo.