Consciente de que su adicción al sexo se ha convertido en su principal prioridad, Amador Rivas desea poner fin a esta etapa para recobrar nuevamente las riendas de su vida. Para ello, se apuntará a una terapia de grupo en la que compartirá sus vivencias e inquietudes con otros adictos al sexo.
En la pasada temporada, su marido, Mario Vaquerizo, se encarnó a sí mismo en su faceta de agente de artistas y representante de Lola y ahora Alaska le tomará el testigo para interpretar un singular papel: una reputada psicóloga.
Por otra parte, haber ganado la Lotería de Navidad brindará a Chusa (Paz Padilla) la oportunidad de reinsertarse en la sociedad en la misma urbanización en la que vive Coque, su antiguo amor. Allí fijará su lugar de residencia después de que Fermín le alquile el Bajo A, para espanto de los vecinos.