Casado con la propietaria de una guardería, Curro (Alfonso Lara) planea cambiar de lugar de residencia. La cercanía de Mirador de Montepinar al centro infantil que dirige su esposa llevan a la pareja a visitar la urbanización en busca de un piso de alquiler y a conocer a algunos de sus singulares habitantes, mientras Javi y Judith tratan de matricular a sus respectivos hijos en la guardería. Por otra parte, la encarnizada batalla legal que Antonio Recio mantiene con Berta comienza a inquietar al mayorista de pescado. Angustiado con la idea de vivir solo una vez se formalice el divorcio, el expresidente tratará de convencer a su todavía mujer para que permanezca junto a él con un sólido argumento: si se divorcia, tendrá el infierno garantizado. Al mismo tiempo, Leo decide abandonar su vida de soltero y formar una familia. Tras conocer las intenciones del single de Mirador de Montepinar, Amador le propone alquilarle a su familia para así conseguir dinero extra.