Requeridos por la cúpula directiva de Mirador de Montepinar, dos obreros gays llevaron a cabo la instalación de gas del inmueble. Impresionada por el buen hacer de Paco y de su compañero en la ejecución de la obra, Estela les contratará para que realicen una completa reforma del Bajo A. Sumamente indignados tras descubrir que la Reynolds ha iniciado la reforma del Bajo A, el antiguo apartamento de los Cuquis, sin pedir permiso a la comunidad, Enrique Pastor y Antonio Recio tratarán de sabotear la remodelación de la vivienda emprendida por Paco.