Las cosas en casa de los Cuquis no marchan bien. Cansada de ver a su marido vagueando por el barrio, Maite le obliga a ponerse las pilas para encontrar trabajo. Aprovechando el sentimiento de culpabilidad de Fermín, que se ha quedado con la casa que el banco les embargó, Amador consigue convencerle para que deje en sus manos la reforma de su nuevo hogar.