Antonio lo tiene claro, cree que la gente que no tiene pelo es una fracasada. Además todos los presidentes del gobierno tenían pelo: Suárez, Felipe González, Aznar, Zapatero… Y para mejorar su imagen y para que le elijan presidente de la comunidad se tiene que hacer un injerto capilar. “En Turquía me lo hacen por 2.000”, le dice el mayorista a Enrique, “ahora va allí todo el mundo, es la nueva pasión turca”. Y le propone a su amigo que le acompañe.