Patricio parecía un conserje modelo: educado, siempre dispuesto a ayudar y muy efectivo. Pero no es oro todo lo que reluce: Patricio tiene una oscura personalidad que salió a la luz cuando los vecinos le comunicaron que estaba despedido. Su reacción fue inmediata: cogió una pistola y encerró a todos los vecinos en el cuarto de contadores.