El impago de las cuotas de una comunidad de propietarios es algo muy común en muchos edificios, y Montepinar no va a estar ajena a este hecho. Casi todos nuestros queridos montepinarianos han pagado rigurosamente sus mensualidades, excepto el Moroso del 2ºC (y en algunas temporadas los Cuquis).
En ‘La que se avecina’ estamos muy preocupados con este tema, por eso, os vamos a contar lo que SÍ hay que hacer y lo que NO. Ya sabemos cómo se las gastan nuestros vecinos y es que en muchas ocasiones las han liado muy pardas con este tema, y puede que sus métodos no hayan sido los más acertados.
-Convocar una junta de propietarios
-Notificar el acuerdo al moroso
-Iniciar el procedimiento para la reclamación de las cuotas impagadas
-Interponer la demanda ante el Juzgado de Primera Instancia
-Esperar la respuesta del moroso, tiene 20 días para pagar
-Respetar la privacidad de los morosos
-Contratar a un abogado y a un procurador. Si se reclama más de 2.000 euros si es necesaria su intervención.
Estos son los pasos que hay que seguir para reclamar las cuotas impagadas de un propietario. Pero en Montepinar siguen otras reglas, un tanto locas que han provocado más de un follón.
En el capítulo 4, en la temporada 1, ‘Un moroso, un secuestro y un armario en el rellano’, fue la primera vez que conocimos que había un moroso en la comunidad. Como no sabían quién era ni cómo se llamaba empezaron a llamarle el Moroso (luego supimos que se trataba de Germán Palomares).
Javi, presidente en aquella época, siguió los malos consejos de Leo, Maxi y Coque y contrató a un matón para obligar al Moroso a pagar lo que debía. Una muy mala idea, ya que este sicario resultó ser bastante malo. Se equivocaba todo el rato de víctima. Está claro que lo primero que tenían que haber hecho en ese momento fue convocar una junta y no meterse en ese jardín.
En el capítulo 30 de la temporada 3, ‘Un lupanar, un par de suegras y una profanación a lo loco’, el que tomó las riendas y se obsesionó con el Moroso fue el Rancio. Con ayuda de Enrique decidió investigar al montepinariano, algo que va contra la privacidad de cualquier persona. Como no había muchos medios tuvieron que dejar la investigación para más adelante.
En el capítulo 33 de la temporada 3 ‘Una esquela, una inseminación y una suegra enamorada’, el ingenio del Recio va a más. En esta ocasión, los montepinarianos deciden poner una esquela del moroso. ¿Su finalidad? Que alguien de su familia aparezca y de esta manera, les obliguen ¡A pagar! ¡A pagar!
Aquí vemos otra vez que el procedimiento que siguen no es el habitual. Ni junta de vecinos, ni ponerse en contacto de una forma más normal con el deudor ni nada de nada.
En Montepinar, todo el mundo había dado por muerto al Moroso, hasta que Enrique encuentra 3 millones de euros pertenecientes al inquilino deudor. El concejal no tiene otra que entregar ese dinero a la policía, algo que hará que su vida corra peligro. Corre tanto peligro su vida que en el capítulo 42 de la temporada 3, ‘Una fuga, dos chantajes y un edredón con sorpresa’, el pobre concejal acaba secuestrado…
En la temporada 4, el concejal es liberado de su cautiverio. La policía localiza el zulo donde Germán Palomares le tenía secuestrado, y el montepinariano puede volver a casa. Pero está irreconocible: tiene ansiedad, fobias… Aquí veos que el escurridizo moroso tampoco está haciendo las cosas de una manera muy legal.
Hasta la temporada 6 y, en concreto, el capítulo 73 ‘Un sablazo, un ultimátum y unos autos locos’, no tenemos noticias del Moroso. En este episodio, los vecinos descubren que el piso de Germán Palomares está embargado por el banco. Y no se les ocurre otra que comprarlo entre todos, primero se niegan pero después acceden y se convierte en una competición. Esta claro que en Montepinar no pueden dar ejemplo de hacer las cosas bien.