En Montepinar hay elecciones, y solo dos candidatos: Agustín y Antonio. “Para mí ser presidente no sería una putada, sería un placer inmenso”, les dice Agustín a los montepinarianos, además él cuenta con una gran propuesta. Va a poner la piscina de agua salada. Pero cuando le toca el turno al Recio, el mayorista no puede casi gesticular palabra. Y de repente se cae al suelo. Su injerto capilar le ha causado una infección.