Dos hermanas se reencuentran tras 40 años sin verse y permanecen 100 segundos en silencio

Compartían una infancia feliz, pero el divorcio de sus padres las separó, hasta el día de hoy. Es la dura historia de Nereida y Carmen, dos hermanas que llevan cuarenta años sin verse y que llevan echándose de menos todo este tiempo.

Nereida ha sido la primera en sentarse junto a Cristina Tárrega en el plató de 'La vida sin filtros' para contar al mundo su triste historia. Nereida explica que ella se fue con su padre y su hermana con su madre cuando ambos se separaron y se fueron a vivir a lugares distintos.

''Me acuerdo de mi hermana, de estar jugando con ella y estábamos brincando y en una de esas mi hermana se cayó y pisó un cristal, creo que tendrá la cicatriz en el dedo'', cuenta la invitada sobre lo que recuerda de su hermana.

Además, cuenta por qué se despidieron: ''Recuerdo que me despedí de ella por última vez con 20 años y me vine con mi padre a Canarias con 21 años''.

Más tarde ha llegado el momento de Carmen. Nada más verla, Cristina Tárrega le ha preguntado si sabía lo que hacía en el programa y ella lo ha afirmado: ‘’Por mi hermana’’, y continua emocionada: ‘’Una gran emoción, tengo tantos sentimientos aquí’’.

Respecto a por qué no se han visto, Carmen lo ha revelado: ‘’Nos buscamos, pero no se dio’’. Muy nerviosa, la invitada desvela el recuerdo que siempre le ha acompañado: ‘’Su recuerdo de cuando éramos chiquititas, jugando, tengo una herida, después de tantos años con esa herida, ella me dijo ‘tú eres mi hermana’’.

‘’Estoy esperándola porque ha sido duro’’, y afirma que aguantará otros cien segundos más para poder abrazar a su hermana.

El reencuentro de Carmen y Nereida

En el plató de ‘La vida sin filtros’ se produce este encuentro en el que tienen que estar 100 segundos en silencio. Cuando esto termine, pueden elegir qué hacer, si hablar, abrazarse o irse cada una por su camino.

Muy emocionadas, Carmen y Nereida han afrontado estos 100 segundos mirándose tímidamente a los ojos y no han podido evitar derramar unas cuantas lágrimas ante la emoción de tan esperado reencuentro.

Tras acabarse el tiempo, Carmen ha corrido a abrazar a su hermana, quien no ha podido levantarse de la silla debido a la emoción del momento. Las dos hermanas se han fundido en un cálido abrazo y han roto a llorar desesperadamente por la emoción