Ana María acude al estreno de la segunda temporada de ‘La vida sin filtros’ para acusar a su hermana de haber secuestrado a su tío Joaquín para quedarse con su herencia. Así de contundente se muestra durante su charla con Cristina Tárrega:
“Está secuestrado, no tiene visitas ni salidas desde hace tres años. Mi tío no sale de la residencia. Mi hermana no va a verlo, judicializó lo de mi madre, que es la heredera de él, y ahora la tiene en los servicios sociales”.
A Ana María le acompaña Paloma, pareja de Joaquín. Nos cuenta que, antes de que todo esto sucediera, vivían junto al tío hasta que comenzó todo el jaleo judicial que terminó con Joaquín en una residencia y a Concha, la hermana, como cuidadora.
Concha interviene telefónicamente pero no se quiere pronunciar. Simplemente, remite a un comunicado que ha enviado al programa. En él, deja clara cuál es su versión de los hechos, la cual difiere de la de nuestras invitadas.
Dice que se encontró a Joaquín “en un estado de abandono total” por culpa de Ana María, que un juzgado le dejó hacer visitas a Ana maría, pero que ella no las lleva a cabo y que, además, tiene “una actitud agresiva con el personal de la residencia”.
Además, se le acusa a Ana María de practicar “una mala gestión” del dinero de Joaquín cuando ha estado a su cuidado y que tiene una autorización judicial para gestionar sus fondos, los cuales se destinan sólo a pagar la residencia.
Concha decide hablar por teléfono para negar conocer a Paloma, algo que sorprende a la invitada presente en plató. Por su parte, Ana María le echa en cara a su hermana que no vaya a visitar a Joaquín a la residencia y le exige poder verlo y que autorice que pueda salir. Viven un tenso enfrentamiento que enfada a la presentadora del programa.