Para Joana Ropero el mundo de los juguetes sexuales ha sido todo un descubrimiento. Ella, como muchas mujeres, estaba casada y con hijos pero no se sentía a gusto con su día a día.
Un día, Joana estaba haciéndole la comida a su pareja y se le ocurrió probar un juguete: “Nunca lo había probado, tenía uno y mientras la olla hacía chup yo decidí hacer chup, chup”.
Desde aquel día la vida de Joana cambió por completo y decidió que los juguetes sexuales podían sustituir a su pareja:
“La relación con el padre de mis hijos se acabó y hoy por hoy es mi mejor amigo, me di cuenta de que no necesitaba a un hombre para ser feliz y para sentirme plena sexualmente”.
Joana se ha convertido en una experta en juguetes sexuales y no se pierde una en cuanto a novedades: “Gasto mucho dinero en juguetes sexuales, todas las semanas sale algo nuevo”.