A Mila Ximénez y Antonio Montero les toca ponerse el delantal y cocinar para sus compañeros en 'La última cena'. En la primera ocasión, fueron 12 invitados pero una llamada ha puesto en alerta a la colaboradora: serán 13 comensales.
Inmediatamente, Mila ha brotado. Ha colagado el teléfono y ha advertido que se niega a sentarse a una mesa de 13 personas. Ya se ha visto en esta situación en otras ocasiones y, o bien ha comida sola, o ha invitado a alguien más a sentarse a la mesa.
Agobiada, la colaboradora estaba a punto de llorar, de hecho cuenta que esto le costó un gran enfado con sus padres pero en una ocasión le pasó “una cosa súper grave” y se niega a repetirlo.
Finalmente, el director David Valldeperas ha tenido que intervenir para recordar que, en la última cena, uno de los comensales no se sentó a la mesa: Belén Esteban.
Pero no era más que uno de los ‘brotes’ de la colaboradora por la última cena. Sergi Arola ha diseñado el menú que tendrá que cocinar y hay más de algo que no le gusta un pelo a la colaborador.
Arroz caldoso de perdiz
Riñoncitos rebozados con patatas rellenas con mayonesa de Dijon
Correrá a cargo de Begoña Rodrigo, será una sorpresa…
Sin embargo, a Mila no le hace gracia ni que sea con perdiz, ni caldoso: “Me da mucho asco el arroz flotando”.
Y aún les quedaba un obstáculo que solventar. Han recorrido cinco carnicerías y no han incontrado el ingrediente principal: ¡Los riñoncitos!