La inquiokupación deja sin plan de pensiones a un jubilado: "En lugar de recibir un ingreso, estoy perdiendo 350 euros al mes"
Carmelo, un jubilado alquiló su piso a unos inquilinos que han dejado de abonar la renta
Sus inquilinas le deben ya 67.000 euros y Carmelo se siente en desamparo absoluto
El miedo a los impagos ha llevado a muchos propietarios a retirar sus casas del mercado
Comprar una casa en España se ha vuelto cada vez más difícil, y la problemática de los inquiokupación preocupa a los propietarios. Este fenómeno se refiere a un tipo específico de ocupación ilegal, que ocurre cuando un propietario alquila su vivienda y tiene impagos después del primer o segundo mes. "La mirada crítica" ha hablado con Carmelo, un jubilado que alquiló su piso a unos inquilinos que han dejado de abonar la renta, acumulando ya una deuda de 67.000 euros.
El piso okupado era la vivienda familiar de Carmelo y hace cinco años la puso en alquiler. Él considera esta propiedad como "su plan de pensiones" pero, a día de hoy, se siente completamente desamparado. Los inquilinos le presentaron sus nóminas e incluso contaron con el aval del padre de uno de ellos, pero casi desde el principio surgieron problemas. Intentó resolver la situación llamando a la justicia, pero el conflicto ha persistido: "Es desesperante; ya son cinco años sin cobrar y seis desde que firmé el contrato".
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Aunque las administraciones locales "parecen empezar a responder", reconoce que el proceso es muy complejo. Carmelo se siente abandonado por la administración central: "El camino es complicado; la documentación que hay que presentar es interminable, es un laberinto absoluto", añade. Ha recurrido a todas las instancias disponibles, pero por ahora, sigue en la misma situación.
Carmelo ha decidido llevar su situación a los medios de comunicación y ha descubierto que una de sus inquilinas se encuentra en una situación vulnerable. "Como resultado, se han paralizado todos los lanzamientos de desahucio, ya van seis ocasiones", comenta. A pesar de mantener la calma, la presión de lo que está viviendo le afecta cada vez más: "Con el tiempo, te haces más fuerte, pero es difícil. A veces, conciliar el sueño se vuelve un desafío".
El alquiler se convierte en una carga económica insostenible
El jubilado se arrepiente de haber alquilado su piso, ya que lleva años sin poder desalojar a los inquilinos y comienza a dudar de su futuro económico: "Esto es mi plan de pensiones, en lugar de recibir un ingreso, estoy perdiendo 350 euros al mes". Además, se ve obligado a cubrir los suministros que los inquilinos no pagan, acumulando casi 3,000 euros, sin contar los gastos comunes de la vivienda.
Eduardo Molet, consultor inmobiliario y colaborador del programa, señala que estos problemas son "culpa de la ley de la vivienda". Carmelo también destaca que no es un caso aislado: "No somos un bulo ni cuatro gatos; son más de 80,000 personas las que padecen esto. Es un efecto llamada". La situación ha superado a Carmelo, quien vive en el mismo barrio pero no quiere tener relación con sus inquilinos: "Cualquier cosa que diga puede jugar en mi contra. No he recibido ningún contrato que indique que debo mantener a una persona vulnerable a costa mía".