Gal·la comenzó esta aventura sintiéndose fuera de lugar pero segura de querer demostrarle a Nico que las infidelidades eran cosa del pasado y que su amor podía con todo eso. Con esta actitud se iba enfrentando a las primeas hogueras, aunque una vez vio el tonteo de Nico con Rosana y Miriam, la actitud de la joven cambió dando un giro de ciento ochenta grados.
Viendo que su novio se lo pasaba en grande en la Villa, ella decidió dejarse llevar y disfrutar de esta aventura, y lo hizo de la mano de Miguel, el soltero con el que más afinidad tiene. En el programa anterior vimos cómo los dos por fin daban el paso y dormían juntos. A la mañana siguiente, Gal·la reconocía haber tenido “tocamientos”.
Ahora, la pareja ha dado un paso más allá y se han acostado juntos, en todos los sentidos de la palabra. Era Gal·la la que invitaba a Miguel a subir a dormir juntos y una vez en la cama, Gal·la le contaba todo lo que había pasado en la hoguera: “Realmente no estoy así por lo que he visto, pero me ha molestado cómo habla de mí, pero no me molesta y eso es por algo”.
Una vez dentro de la cama y con las luces apagadas, se desataba la pasión entre ellos. Antes de eso, Gal·la confesaba al programa que tenía ganas de ir un paso más allá con Miguel: “Tengo ganas de una noche loca con Miguel en mi habitación. Creo que va a pasar lo que tiene que pasar. Si me siento a gusto y me apetece, ¿por qué no lo voy a hacer?”. Y efectivamente, lo hicieron.