“¿Sigues de bajón?” era la primera pregunta que le hacía Ana a María Aguilar al verla completamente abatida y llorando a lágrima viva por David. La novia del Ken, mientras olía la camiseta de su chico, respondía: “Me quiero ir a casa con él”.
“No necesito ponerlo a prueba, me he dado cuenta de que no lo necesito”, decía, a lágrima viva. Ana, por su parte, intentaba ayudar a su compañera y animarla: “Sabías dónde veías, ahora hay que apechugar, pasártelo bien y disfrutar todo lo que puedas”, decía la novia de Borja.
“Me he dado cuenta de que lo quiero muchísimo y no quiero perderlo ni nada. No me importa que se lo pase bien y que tenga citas, pero quiero tocarlo y verlo”, decía María, llorando y sujetando con fuerza la camiseta con el olor impregnado de su chico.
“Es que tienes mucha dependencia. Intenta trabajártelo, porque eres muy dependiente”, le decía Ana, a modo de consejo. “Se está yendo el olor de su camiseta”, respondía la novia de David, entre sollozos. “Al final te la voy a quitar y te voy a dar una mía”, advertía su compañera.