Empieza movidita la séptima edición de ‘La isla de las tentaciones’ y todo por un momento de tensión que se vivió en la ceremonia de collares. Tras ver la supuesta conexión entre su novio y una de las solteras, Andrea no dudó en marcharse muy enfadada en la primera gala.
¿El motivo? Mónica, una de las tentadoras, eligió a Álvaro para ponerle uno de los collares, asegurando que era el chico con el que más había “conectado”: “Es muy maduro y sincero, que es lo más importante hoy en día”, aseguró la tentadora.
Al escuchar esas palabras y al ver una sonrisa dibujada en el rostro de su novio, Andrea no dudó en abandonar la ceremonia, dejando completamente desconcertado a Álvaro, que no dudaba en desahogarse con sus compañeros al volver a Villa Playa.
“La verdad es que no estoy bien, me siento fatal por todo lo que ha pasado hoy”, explicaba, muy afectado, tras ver el enfado que se había cogido su novia. “Yo no he hecho nada, me da rabia su actitud”, añadía, sin dejar de pensar en el tenso momento.
En una conversación con Rober Aranda, Álvaro declaraba: “Estoy en shock, pero tengo que mirar por mí. No necesito estar así en mi vida, es injusto que piense así de mí”, decía la pareja de Andrea.
Para intentar calmarlo, el novio de Alba Casillas le daba algunos consejos: “Dale un voto de confianza, entiéndela”, le decía. Aunque le recomendaba que le pusiera una barrera a su chica: “Siempre la entiendes, pero ¿tú te crees que ella te entiende a ti?”.
Por su parte, en la villa de las chicas, Andrea se desahogaba con Ricky y le explicaba cómo se sentía tras una tensa ceremonia de collares: “Me está viniendo muy grande esto (..) Ahora mismo no estoy feliz por la conexión que vi entre ellos, tengo la mosca detrás de la oreja”, le confesaba la de dieciocho años al soltero al que ha apodado como ‘mindfullness’.