La convivencia en la villa delas chicas ha comenzado y Marina ha aprovechado un momento de intimidad con sus compañeras para sincerarse con ellas y hablar de su relación con Jesús. Marina desvela que su familia quiere más a su novio que a ella aunque, después, quiere matizar: "Bueno, mi madre es mi madre, pero mi padre le quiere más a él".
Marina insiste y desvela las duras palabras que le dijo su madre un día: "Como lo ven tan débil... mi madre me llegó a decir un día, enfadada, que prefería verme sufrir a mí antes que a él". Tras esto, Marina ha continuado hablando con Lara, Lola, Claudia y Lucía y ha confesado lo siguiente:
"Jesús es un niño que está siempre en mi casa metido. No me deja echarlo de menos, está siempre encima... De lo bueno que es, es tonto. Este mes , antes de venir, no podía dormir, ni comer", algo que las chicas entienden perfectamente, pues ellas se sienten identificadas: "Es normal, ha venido a ponerte a prueba".
La relación de amistad que se ha iniciado entre Marina e Isaac es cada día más estrecha y Jesús se muestra muy preocupado. Mientras el tonteo entre su novia y el soltero es cada vez más evidente, Jesús analiza la situación y se desahoga con una de las solteras de la villa: "Pienso que si es capaz de hacerlo aquí lo puede hacer en cualquier lado. Si yo soy el hombre de su vida no tiene por qué caer".