Después de que tanto Laura como Mario pasaran un rato a solas con Sandra Barneda contando sus propias versiones, llegaba el momento de la verdad. Ambos coincidían en lo más importante: no se habían visto en estos tres meses.
Ella se mantenía: seis días después de su hoguera final, Mario le habría llamado asegurándole que era la segunda mujer más importante de su vida. Ella le habría ofrecido una amistad que él habría rechazado: “Yo no puedo ser amigo de mis exparejas. Me va a molestar siempre enterarme de que está con alguien, igual que ahora que me he enterado de que ella está con alguien pues también me molesta, obviamente”, explicaba.
Era entonces cuando la presentadora intervenía para preguntarle qué había sentido al ver a Laura: “Me ha gustado verla. Pase lo que pase va a ser siempre importante para mí y claro que me alegra verla”.
Sandra le hacía la misma pregunta a ella: “Siento que no han cambiado las cosas, que hay muchas cosas que aún no han cicatrizado y que siguen estando ahí”. Mario le interrumpía para poner en duda sus palabras. “¿No sabes hablar con el corazón? No te abres”, le reprochaba ella.
Después de las hogueras finales y tan solo unas horas después de pedirle a Mario que se fuera con ella de la mano, Laura pasó la noche con Adrián, su tentador favorito y con el que le fue infiel durante todo el programa.
A la vuelta, y cuando Mario descubrió que Laura estaba con otra persona, él fue muy claro con ella: “Te dije que no ibas feliz con él. No va a ser feliz con él porque sigue pensando en mí”, decía. No obstante, asegura que es imposible que vuelva con ella: “Aunque muramos el uno por el otro, a veces el amor no lo es todo y ella y yo no podemos estar juntos”.
Laura rompía a llorar: “Es muy egoísta. ¿Por qué esperas a verme feliz para llamarme?”. Mario aseguraba que después de la conversación en la que él ya supo que tenía pareja no la ha vuelto a llamar. “No sabe irse, pero tampoco sabe quedarse”.