Los ‘residentes’ de ‘La casa fuerte’ recibían una nueva misión en forma de prueba donde se jugaban otros 1.000 euros. Está vez los concursantes tenían que imitarse entre ellos, cada uno elegía un papelito de manera aleatoria que le decía a quién debía imitar.
Los concursantes se partían de la risa ya en los ensayos mientras practicaban y se vestían como el compañero al que tenían que copiar.
Los ‘asaltantes’ se convertían en el jurado de excepción y votaban uno por uno con una puntuación del 1 al 3. Con prácticamente unanimidad en el jurado, Maite, que imitaba a Fani, y Cristian, que imitaba a su madre, se convirtieron en los ganadores de la prueba diaria.