Albert Álvarez se ha sincerado como nunca en el 'espejo del alma' de 'La casa fuerte 2'. Un poco nervioso antes de empezar, le contaba a Lara Álvarez que tenía claro que esta vez quería mostrarse tal y como es, sin obviar nada. Albert se considera "una víctima de la sociedad" que a veces ha mostrado su mejor cara pero "con maquillaje". Por eso se ha abierto en cuerpo y alma para mostrarnos quién es realmente y de dónde viene.
El concursante tenía que ir respondiendo a las palabras que aparecerían en el espejo. La primera de ellas era 'Soledad'. Albert ha explicado que en determinados momentos de su vida se ha sentido solo pero que hoy en día considera imprescindible que toda persona sepa convivir con la soledad.
"Creo que uno tiene que aprender a vivir en soledad pero sí que en una época de mi vida, cuando estaba interno en el centro deportivo, sentí que estaba rotalmente solo. Aprendí mucho de quién soy yo. Es más, la soledad para mí es fundamental y necesaria. La uso casi a diario. Pero como todo, la soledad excesiva puede dañar", argumentaba aunque decía que ahora no se siente solo porque sabe quiénes están a su lado.
Pero la segunda palabra del 'espejo del alma' nos dejaba sin aliento: 'Cárcel'. Albert se sinceraba entonces sobre una de las épocas más duras de su vida, en la que reconoce que se 'perdió'.
"Cometí muchos errores cuando era joven. No entré a la cárcel. La sociedad siempre te pone una etiqueta. Cuando era estudiante me dijeron que no era suficientemente bueno; luego tuve problemas en la cárcel y un tribunal dijo que no era suficientemente malo y por eso me salvé. Estuve muy cerca, cometí muchos errores. Estuve arrepentido mucho tiempo. Me juntaba con personas que no me hacían bien. Olvidé quién era", ha confesado.
Albert es siete veces campeón de España en salto de pértiga, lo que le ha llevado a una disciplina y autoexigencia en la que ha tenido que lidiar con la frustración. "Me ha acompañado a diario", explicaba. El concursante de 'La casa fuerte 2' reflexionaba entonces sobre las victorias y las derrotas. Para él, la 'Frustración', su tercera palabra en el espejo, le ha amargado muchas de esas siete victorias:
"En el mundo deportivo gira entorno a una calificación. El primero gana, el segundo pierde, el tercero pierde, el cuarto pierde... solo gana uno. Cuando uno gana afecta a muchos que pierden. Me vi envuelto en ese examen continuo. Para ser siete veces campeón de España tuve que perder mil veces y ser el hombre más triste del mundo en esas ocasiones. Para ganar hay que frustrarse", explicaba.
Albert revelaba que se había sentido "enganchado" a las victorias y al reconocimiento popular hasta que tuvo un accidente: "Solo quería ganar, disfrutar de los aplausos... estaba enganchado a ese sentimiento de grandeza. De que cuando ganas viene el político de turno a darte la palmadita en la espalda, vienen los patrocinadores... y luego cuando tuve un accidente y estaba en una cama de hospital me di cuenta que tenía cuatro personas a mi lado: mi madre, mi padre, mi hermana y mi entrenador que en paz descanse. Son a ellos a los que nunca voy a fallar".
Pero donde Albert se ha roto como nunca ha sido cuando ha aparecido la palabra 'Pobreza'. Para el concursante es muy difícil hablar de ello porque, aunque ese episodio de su vida ha pasado, le es doloroso recordar cómo su familia llegó a no tener para llenar la nevera.
"Supongo que esto es lo que más me duele porque lo hemos vivido todos en casa. Hubo una temporada muy larga donde por no tener ni siquiera teníamos para tener la nevera llena. Mi madre se encontraba con una enfermedad que no podía tirar hacia delante y ahí recuerdo unas Navidades donde solo teníamos para un bocadillo. Había inviernos que cuando no hay dinero para la calefacción se pasa mal. Y no fue fácil", confesaba no pudiendo contener la emoción.
Pero, de todo, dice Albert que saca una lección. En este caso, aprendió lo que era la solidaridad gracias a sus vecinos, que ayudaron a su familia en tan dura etapa: "Recuerdo esos momentos duros donde no teníamos nada y recuerdo la honradez de todos los vecinos que, sin decir quién era, todos los días encontrábamos una bolsa de comida en la puerta y eso es compartir. Y de manera desinteresara. Cuando ves que una familia lo está pasando mal y hay una bolsa de comida es de agradecer. La pobreza a mi me sirvió para compartir cuando las cosas no van bien".
Ante tal sobrecogedor testimonio, Sandra Barneda no dejó que Albert se despidiese del espejo sin mostrarle el apoyo de todos los presentes. "Tú eres un ganador ante la vida y con eso te tienes que quedar. Sé que esas mil derrotas y lo que has sufrido siendo un deportista de élite y en casa lo sabes tú, pero a mí esta noche me has demostrado que eres un ganador", le dijo con cariño la presentadora.