La Roma abrió el marcador ante el Tottenham de forma surrealista. Nainggolan intentó un centro desde dentro del área que pegó en la mano de Carter-Vickers de forma involuntaria. El colegiado no pitó nada pero tras consultar con el cuarto árbitro, que estaba a mucha distancia del área, pitó penalti. Pertti fue el encargado de lanzar la pena máxima y lo hizo sin apenas coger carrerilla: dio dos pasos y lo metió dentro.