El puente de Padrón vuelve a unir La Coruña y Pontevedra, un símbolo de la nueva normalidad
Las localidades vecinas de Padrón y Pontecesures llevaban tres meses incomunicadas por el confinamiento
Este lunes, comienza la movilidad entre provincias de algunas CCAA
Casi ya un habitual de los lunes, llega un nuevo cambio de fase para más de media España. Un estreno a dos velocidades, la de Madrid y Barcelona en fase 2 por un lado, y la de los 25 millones de españoles que ya están en fase 3 por otro. Doce comunidades estrenan hoy libertad de movimientos entre provincias. Una movilidad que está siendo muy bien acogida en todos esos municipios gallegos que estaban divididos por límites provinciales, como sucedía en Padrón y Pontecesures, donde los vecinos, separados por un río y un puente de apenas 200 metros, no podían ni darse los buenos días.
Padrón y Pontecesures son dos municipios gallegos con una gran vida conjunta que están separados por un puente romano situado sobre el río Ulla. En la desescalada, su unidad se vio alterada por la división provincial, con consecuencias negativas tanto para el comercio como para sus habitantes. Llega, pues, el ansiado reencuentro para muchas familias entre La Coruña y Pontevedra a las que este puente ha dejado casi tres meses incomunicadas y también de recuperar otros actos cotidianos como volver a pasear por la orilla del río sin tener que pensar en qué provincia se encuentran uno.
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Lo mismo ocurre en municipios de toda España donde hoy, o en un unos días a más tardar, verán solventadas, de la noche a la mañana, situaciones un tanto surrealistas. Por ejemplo, cruzando un puente y en solo unos pasos dejamos de estar en Cubellas, provincia de Barcelona, para centrarnos en Cunit, Tarragona. En mayor aprieto todavía se encontraban los habitantes de Treviño, enclave burgalés situado en Álava. Más paradójico es el caso de El Cuervo, un pueblo en que algunas calles pertenecen a Sevilla y otra a Cádiz.
La desescalada avanza en España
La desescalada avanza en España con la recuperación de la movilidad entre provincias para varias comunidades autónomas que pasan a la fase 3, la relajación de medidas permitidas durante el tramo final del estado de alarma y la configuración normativa de la futura "nueva normalidad".
Este sábado se publicaba en el BOE la última prórroga del estado de alarma, que durará hasta el 21 de junio y en la que se establece que las autonomías son las autoridades competentes en la fase 3 tanto para determinar las medidas permitidas como para permitir la movilidad interprovincial dentro de una misma comunidad y decidir cuándo se pasa a la nueva normalidad.
El lunes, Galicia, La Rioja, el País Vasco, Asturias, Cantabria, Extremadura, Murcia, Navarra, Baleares, Andalucía, Canarias, Cuenca, Guadalajara, Melilla y en Cataluña, el Alt Pirineu i Aran, Terres de l'Ebre y Camp de Tarragona estarán en fase 3. Viven en esos territorios 25 millones de ciudadanos, el 52 % de la población de España.
Estarán en fase 2 la Comunidad de Madrid, Barcelona, la región sanitaria de Lérida, las regiones metropolitanas norte y sur de Cataluña, toda Castilla y León, la Comunidad Valenciana, Ceuta, Toledo, Ciudad Real y Albacete.
Este sábado, el Ministerio de Sanidad ha comunicado un nuevo fallecido por coronavirus con respecto a ayer, con lo que ascienden a 27.135, y ha elevado de 52 a 67 los decesos registrados en la última semana, mientras que los casos confirmados en 24 horas han descendido de 177 a 164 y en la actualidad suman 241.310.
Madrid es el territorio que sigue registrando el mayor número de contagios, 86, mientras que en Cataluña se han detectado 24 casos, 12 en Aragón, 11 en la Comunidad Valenciana, 10 en Navarra y 8 en Andalucía.
Movilidad entre provincias en 5 CCAA
Con el nuevo mapa de la desescalada son ya varias las autonomías que han avanzado que permitirán a sus ciudadanos moverse con libertad entre las distintas provincias que integran la comunidad autónoma. Es el caso del País Vasco, Andalucía y Galicia.
El Gobierno vasco permitirá desde el lunes 8, cuando Euskadi pasará a la fase 3 de la desescalada, la movilidad sin limitación alguna dentro del ámbito del País Vasco y mantendrá la franja horaria prioritaria reservada a personas mayores y vulnerables para el desarrollo de actividad física.
Además, autorizará la apertura de guarderías y escuelas infantiles para niños de cero a tres años, con límite de aforo del 60 % de la capacidad habitual.
También el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo adelantaba el viernes su intención de permitir la movilidad en toda la comunidad a partir del lunes.
En la misma línea, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha adelantado que desde el lunes los andaluces podrán moverse libremente por las ocho provincias, si bien ha pedido prudencia y responsabilidad, "no despreciar lo conseguido, no tirar el trabajo por la borda".
Moreno también ha precisado que la comunidad andaluza permanecerá en la fase 3 "al menos 14 días" antes de progresar a la nueva normalidad.
En Castilla-La Mancha, Cuenca y Guadalajara -las dos únicas provincias castellanomanchegas que pasan a la fase 3- tendrán movilidad interprovincial a partir del lunes, de manera que sus ciudadanos podrán circular sin restricciones entre los dos territorios.
Extremadura ha optado por retrasar la movilidad entre Cáceres y Badajoz al día 15 y hasta ese momento tampoco se permitirá el ocio nocturno. Además, permanecerá en fase 3 hasta el 21 de junio, momento en el que terminará el estado de alarma.
También el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha afirmado que esta comunidad autónoma agotará los catorce días que comprende la fase 3 de la desescalada y no adelantará el fin del estado de alarma, una potestad de los responsables de las autonomías, que serán quienes decidan el paso a la nueva normalidad.
Al mismo tiempo, algunos territorios que llegarán a la fase 2 el próximo lunes ya se plantean no esperar 14 días para solicitar la progresión a la 2.
La Comunidad de Madrid es uno de ellos y lo hará si se mantiene la actual evolución de la pandemia en la región, en concreto si continúa el descenso de las camas UCI ocupadas por pacientes con coronavirus y la detección de casos con la red de atención primaria.
En la misma línea, las regiones sanitarias de Barcelona y Lleida podrían entrar en la fase 3 de desconfinamiento antes del 22 de junio si la evolución de la epidemia avanza de forma favorable. Y desde el próximo lunes estará permitida la movilidad entre la región sanitaria de Tarragona y de las Tierras del Ebro, ambas contiguas y en fase 3 de desconfinamiento.
Se relajan las medidas
Este mismo sábado, el Gobierno ha flexibilizado en una nueva orden determinadas restricciones de ámbito nacional: las plazas, recintos e instalaciones taurinas al aire libre podrán reabrir en los territorios que se encuentren en fase 2 y las discotecas y bares de ocio nocturno donde se haya alcanzado la fase 3, aunque con limitaciones de aforo en ambos casos.
Y ha eliminado también las restricciones a la ocupación de los vehículos respecto del total de plazas sentadas, para los transportes en autobús y ferroviarios, así como para los transportes terrestres colectivos de ámbito urbano y periurbano.
Y llega la nueva normalidad
En la misma semana en la que el 52 % de la población estará en la última fase de la desescalada, el Ejecutivo aprobará en el Consejo de Ministros el decreto con el que regulará las medidas de prevención, contención y coordinación para controlar el coronavirus una vez se abandone el estado de alarma, periodo conocido como "nueva normalidad", ya que la crisis sanitaria continuará hasta que no haya una vacuna o un tratamiento para la enfermedad.
Entre las medidas que incluirá estarán el uso obligatorio de mascarillas para los mayores de seis años -con multas de hasta 100 euros para los incumplimientos-, que los centros de mayores deban presentar un plan específico de contingencia, que se produzca una declaración obligatoria urgente de la enfermedad por parte de los servicios sanitarios y que las autonomías garanticen las capacidades del sistema sanitario en materia de recursos humanos.
Las comunidades deberán elaborar planes de contingencia que permitan contar en un plazo de máximo de cinco días de entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos y de entre 37 y 40 camas para enfermos agudos por cada 10.000 habitantes.