El tabaquismo y la EPOC son una bomba que dispara la mortalidad por coronavirus
El tabaquismo mata en España a más de 53.000 personas cada año
La covid-19 ataca sobre todo al aparato respiratorio
Los fumadores multiplican por 1,96 las posibilidades de desarrollar una covid grave
El tabaquismo y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), aún muy infradiagnosticada, es una combinación explosiva que incrementa las posibilidades de acabar en la UCI y fallecer por COVID, por lo que es un momento oportuno para dejar de fumar, con la ayuda necesaria, y evitar malos mayores.
Así lo ha explicado el doctor Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en un seminario telemático celebrado con motivo de Día Mundial de esta enfermedad.
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El tabaquismo mata en España a más de 53.000 personas cada año, lo que supone 1.000 personas cada semana, y es el principal factor de riesgo de EPOC, una enfermedad que afecta a 2,9 millones de personas en España, el 12% de la población mayor de 40 años de edad, ha detallado Jiménez.
La llegada de la pandemia del coronavirus, que ataca sobre todo el aparato respiratorio, ha expuesto a un mayor riesgos a fumadores y personas con EPOC.
Según Jiménez, los fumadores multiplican por 1,96 las posibilidades de desarrollar una covid grave en comparación con aquellos sujetos que no fuman.
Y los pacientes con EPOC -provocado fundamentalmente por el tabaco- multiplican por 1,79 la posibilidad de ingresar en la UCI, necesitar ventilación mecánica y morir.
Existen al menos dos factores que empeoran el pronóstico de la covid en fumadores: el hecho de que por fumar tengan "un mayor número de receptores" celulares por los que ingresan los coronavirus y que dispongan de "menos defensas inmunológicas a nivel pulmonar", ha detallado el doctor.
Por ello, "es un momento oportunísimo para dejar de fumar, por la sencilla razón de que, sabiendo que el paciente fumador va a tener un mayor peligro para desarrollar una forma grave de la enfermedad, es fundamental hacer el esfuerzo para dejarlo, con ayuda psicológica y tratamiento farmacológico", ha subrayado el especialista.
Jiménez ha dejado claro que los cigarrillos electrónicos no sirven como sustitutivo temporal para dejar de fumar, porque contienen sustancias "perjudiciales para la salud y para pacientes con EPOC, y tampoco es un mecanismo mediante el cual se abandona el tabaco".
En plena pandemia de la covid, la situación es más complicada porque "3 de cada 4 casos de EPOC están sin diagnosticar", por lo que Jiménez recomienda a fumadores de más de 35 años que padezcan algún síntoma respiratorio que "acudan a su doctor y pidan una espirometría", con la que se mide la cantidad de aire para poder detectar la enfermedad.
El presidente de SEPAR ha remarcado que es clave insistir en la mejora de la detección precoz de la EPOC, pese a que ha admitido que, en la actual situación de pandemia de la COVID, existe una "mayor presión sobre profesionales sanitarios y es un poco menor" la atención a los pacientes que puedan presentar síntomas respiratorios no relacionados con el coronavirus.
En esta misma línea, la portavoz de Asociación de Pacientes con EPOC (APEPOC), Nicole Hass, ha reclamado un "protocolo claro" para la detección de esta enfermedad, algo que piden desde hace tiempo a los consejerías autonómicas.
"Si existe una infradiagnosis es porque en atención primaria no se realizan suficientes espirometrías o porque los pacientes no explican a los doctores los primeros señales de alarma, en parte porque no quieren reconocer que son fumadores", ha afirmado Hass, que ha hecho hincapié en este sentido en la necesidad de "empatía" por parte del personal sanitario.
Si bien el porcentaje de fumadores ha bajado desde 1993 en 10 puntos y se sitúa en el 24% de la población española, Hass ha advertido de que los pacientes de EPOC "cada vez son más jóvenes y hay más mujeres", por lo que "hay que trabajar" para reducir esta tendencia.
"El tabaquismo más la EPOC es como una bomba para los pacientes y, junto con la COVID, todavía peor", ha advertido.
En el seminario también ha hablado una paciente, María Martín, que lleva 18 años sin fumar tras sufrir una neumonía grave en 2002, pero que admite que con el "aislamiento" que ha generado esta pandemia de la COVID le han venido ganas de fumar: "El tabaco está allí siempre", ha subrayado.
Por esta razón, ha remarcado la importancia de que haya apoyo en el entorno familiar y un acompañamiento desde el ámbito asistencial para dejar de fumar.
También es clave evitar que los jóvenes se inicien en el tabaquismo y, según el doctor Jiménez, la medida que se ha demostrado "más eficaz es subir el precio del tabaco", por lo que ha animado al Gobierno a dar este paso.