Con un único objetivo, el de dar las gracias, Reme ha acudido al plató de 'Viva la vida'. "Gracias a los 300 dispositivos que había", ha dicho recordando a todo aquel que estuvo de alguna manera presente en el rescate del niño. "Gracias a la televisión mi niño tuvo más gente", ha querido destacar.

"Como abuela, estoy muy agradecida a todos los medios y a todo el mundo que nos ha apoyado y que nos está apoyando", ha agregado recordando a efectivos y de manera muy especial al alcalde de Totalán y a los voluntarios que ofrecieron casa y comida a trabajadores y familiares del niño.

En definitiva, "gracias a toda España" porque, explica, "ha hecho mucho". En este sentido, ha dicho que continúan recibiendo apoyo también del extranjero. "Estamos recibiendo muchas cartas", ha indicado.

Entre todas las muestras de apoyo, ha destacado la de periodistas como el reportero del programa, José María Fernández, quien ha agradecido que Reme esté en el programa para mostrar su agradecimiento.

No obstante, la mujer ha lamentado entre lágrimas el trágico desenlace de Julen, hallado sin vida debajo del tapón del pozo tras trece días de búsqueda incansable. "No lo pudieron rescatar porque la montaña no l2 quería soltar, se enamoró de él", ha dicho.

Sobre el momento del rescate, ha revelado que fue tan duro que le "entró un ataque" y tuvo que ser asistida por los médicos. "Era un animal llorando porque aullaba", ha recordado. Asimismo, ha explicado que a día de hoy continúa con tratamiento psicológico.

Reme acude al plató solo unos días después de que David Serrano, el dueño de la finca en la que se encontraba el pozo en el que cayó Julen, haya sido llamado a declarar como investigado por el homicidio imprudente del niño, un delito que conlleva pena de cárcel y responsabilidad civil, indemnizaciones y el pago del rescate; cerca de 4 millones de euros.

Los abogados de David Serrano Alcaide han afirmado que "la única responsabilidad penal, si la hubiese", sería del pocero que ejecutó la perforación y que su cliente tapó el agujero con dos bloques de hormigón y advirtió a los demás del peligro.

Este, por otro lado, mantiene su inocencia y cuenta que hizo bien su trabajo, en alusión a que tapó el orificio con una piedra, por lo que reiterará esta versión cuando declare en sede judicial.

Por su parte, el fiscal asegura el dueño de la finca debe responder como investigado y cita también a numerosos testigos, desde los senderistas que se encontraron con la escena de tensión de la familia intentando sacar a Julen y llamaron a los servicios de emergencia, pasando por los padres del niño, la tía, los primeros guardias civiles que llegaron o el maquinista que preparó el terreno para una obra o el pocero.

La juez ha hecho un auto razonando por qué comienzan las declaraciones el próximo 22 de febrero, cuando ya ha recibido todos los informes que faltaban, la autopsia definitiva y el análisis de la tierra del tapón del pozo que confirma que en la caída de Julen no hay otros misterios: fue un accidente por la negligencia al dejar el pozo abierto.

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