Fabricio, el niño con quemaduras en un ojo por gel hidroalcohólico, se recupera tras ser operado
Su madre, Noelia, indica que Fabricio llora, grita y se retuerce de dolor y que hacen falta tres o cuatro enfermeras para agarrarlo
Fabricio, el niño que sufrió quemaduras graves en un ojouna salpicadura con gel hidroalcohólico en un colegio de Lalín (Pontevedra), se recupera ya en el hospital de Santiago de la operación de trasplante de membrana a la que ha sido sometido. Su madre, Noelia, ha explicado que, en principio, la operación "ha salido bien", pero hay que esperar para ver "cuál es el resultado final".
"Será preciso esperar unos días para ver si hay o no rechazo. Si lo hubiera, tendrían que someterlo a una segunda intervención quirúrgica", ha señalado su progenitora, al mismo tiempo que ha insistido en que el menor "sufrió mucho dolor".
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El incidente se produjo en el colegio de educación infantil y primaria (CEIP) Vicente Arias de la Maza, en Vilatuxe. La madre del menor está pendiente de ver la evolución de su hijo para decidir si toma medidas legales, puesto que teme que le puedan quedar secuelas.
Su principales quejas son dos. La primera, que el gel estuviese al alcance de niños "tan pequeños" como el suyo, de tres años, o del que le habría arrojado el producto. Y la otra, que no se trasladase al menor con mayor rapidez a un centro sanitario sino que se esperaron a que ella lo fuese a recoger.
Por su parte, Educación ha defendido que en el centro se siguieron las pautas prefijadas para este tipo de situaciones y, tras lamentar el "desafortunado accidente", ha apelado a extremar las prevenciones para evitar que se repita una situación similar.
Cuando se produjo el incidente, Noelia estaba trabajando. Le avisaron de lo sucedido pero tardó unos 40 minutos en llegar al colegio. Para entonces, el gel ya había producido quemaduras en el ojo de Fabricio. La directora, que estaba con el niño, le explicó que había llamado al 061 y, siguiendo sus indicaciones, lavó el ojo del menor con agua. Sobre el mismo, según traslada la madre, tenía una gasa húmeda.
Noelia añade que Fabricio llora, grita y se retuerce de dolor y que hacen falta tres o cuatro enfermeras para agarrarlo. "No es justo que mi hijo tenga que pasar por esto", agrega.