María José Carrasco deseaba "el buen morir"
Una promesa a su mujer hace que Ángel Hernández, de 69 años, salga detenido y esposado de su casa. El lugar en el que durante treinta años cuidó de María José Carrasco. Hace seis meses entrábamos en ese hogar para ver cómo vivía la mujer enferma de esclerosis múltiple, un daño que ella definía como "el fin". Dependía de su marido para todo, incluso, para lo que ella llamaba "el buen morir"; eso a lo que Ángel se comprometió. Ayer lo reconoció cuando llamó a Emergencias y a los agentes. Reconoció haber ayudado en el suicidio de su mujer. Un acto que el Código Penal castiga con una condena de 6 a 10 años de cárcel aunque en su caso podría ser menos. El hecho de que su mujer manifestara en una grabación y de manera inequívoca que quería acabar con su vida y que padeciera una enfermedad que no tenía cura actúa como atenuante lo que rebaja el castigo de Ángel a una pena de entre seis meses y dos añosFrente a ello el objetivo de ambos: reabrir el debate de la eutanasia.