El picnic de playa o piscina para este verano sin correr riesgos
Muy pocos alimentos resisten a temperatura ambiente en verano
Respetar la cadena de frío: el calor multiplica los microorganismos
La entrada al verano en España vuelve a traer la temporada de alimentos y comidas frescas como las ensaladas o el gazpacho. El calor supone un reto cada período estival -más ahora ante la pandemia por coronavirus- en cuanto a qué llevarnos a las visitas a la playa o piscina, a qué temperatura poner la nevera en casa o cómo debemos descongelar los alimentos. Todas estas cuestiones, además de otras dudas, las recopila la nutricionista y experta en Ciencia y Tecnología de los alimentos, Beatriz Robles, en su nuevo libro 'Come seguro comiendo de todo'.
Una práctica que puede acarrear riesgos es llevar comida en el tupper cuando vamos a la playa -o piscina-. No se recomienda llevar arroz o pasta cocida, no son la mejor opción. Tampoco los caprichos, como la tortilla, la ensaladilla rusa o el sushi. "Hay que evitar precisamente los productos de alto riesgo que son los más típicos. Estos productos tendríamos que evitarlos ¿Qué nos podemos llevar? Ensaladas, bocadillos, pescado en conserva... alimentos de este tipo son los recomendados", explica Robles a Informativos Telecinco
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"Si al picnic nos llevamos frutas, y las llevamos cortadas o peladas, siempre la tendremos que llevar en refrigeración. La mayoría de alimentos que vayamos a llevar tienen que estar en una nevera. Ya sea gazpacho, crema, sandwiches... Vamos a tener que mantener la temperatura con bloques de hielo, no hay excusa", recomieda.
Robles recuerda que la fruta grande, como la sandía y el melón, se vende cortada en numerosos mercados o supermercados, lo que supone una mala práctica por posible riesgo salmonela (también por tenerla a la venta a temperatura ambiente). Hay muy pocos alimentos que con las temperaturas altas del verano puedan mantenerse bien a temperatura ambiente.
El calor lo destruye todo: la cadena de frío
La regla de los cinco segundos no es válida. No vale coger un alimento que se nos ha caído y llevárnoslo a la boca, hay riesgos (en la arena de playa, por ejemplo). Igual pasa con el calor, todo alimento 'en sus manos' acaba deteriorado, la gran mayoría. "Si hay dudas con el alimento, hay que tirarlo. Uno de los mitos que hay es que las enfermedades de transmisión alimentaria son enfermedades leves, como gastroenteritis. Hay casos. Sin embargo, otras pueden ser muy graves, incluso mortales. Ante la duda, que no se sepa cuanto tiempo lleva en el frigorífico o si presenta moho, tirarlo es la medida más segura", explica Robles.
"Es muy importante no romper la cadena de frío. El frío ralentiza el crecimiento de los microorganismos. Respetar esta cadena en los alimentos que son muy perecederos es fundamental para que los microorganismos no se multipliquen. Lo ideal es programar la nevera a cuatro grados como máximo y el congelador a 18 grados bajo cero -o más frío incluso-", detalla.
Numerosas personas realizan una mála práctica de descongelación de alimentos. "La gente descongela sobre de la encimera, a temperatura ambiente. Esto es una mala práctica porque a esa temperatura el alimento va a estar en contacto con un aire que está caliente. Aunque la cocina esté 'fría', 18-20 grados no los quita nadie. Son temperaturas en las que las bacterias pueden multiplicarse. La descongelación siempre se recomienda hacerla en el frigorífico con tiempo, o si vamos con poco tiempo, en el microondas", comenta.