Los detalles se saben aún con cuentagotas, pero las investigaciones empiezan a sacar a la luz las circunstancias de la muerte de Luisa y Eva a manos de sus perros, de la raza dogo de Burdeos. Al parecer, la hija acudió a la casa de la madre porque no contestaba a sus llamadas y, al llegar, fue también atacada por dos animales. Ningún vecino escuchó nada y fueron los maridos de las dos víctimas los que se encontraron los cuerpos sin vida. El shock para ellos fue brutal y necesitaron asistencia psicólógica. En la vivienda había también dos perros de raza pitbull y otros dos de raza American Staffordshire, según El Programa de Ana Rosa.

Es el dogo de Burdeos un perro que no se encuentra en la lista de perros peligrosos nacional, pero sí en Comunidades como Cataluña, Valencia y Galicia. Por su complexión y su capacidad de mordedura sí hay que tratarlos con todas las precauciones posibles porque es una especie muy poderosa. Solo en Madrid hay más de 10.000 perros registrados como peligrosos que conviven con humanos. No faltan las críticas, pese a todo, a la falta de un estudio verdaderamente riguroso en cuanto al número de agresiones, ejemplares agresores, sus circunstancias o las víctimas.

La madre y la hija fallecidas ayer por el ataque a dentelladas de sus propios perros tenían en su casa nada menos que seis animales con los que, al menos, había que tener especial cuidado. No era el caso porque los tenían sin chip, sin seguros, ni permisos, según fuentes de la investigación. Como no estaban registrados, el dueño de la casa puede ser acusado de homicidio imprudente y negligencia grave en la tenencia de animales peligrosos. Los maridos de las víctimas son hermanos y, según los agentes, tienen antecedentes por riñas, lesiones y hurtos.

Las autopsias de Luisa y Eva y el ADN de los perros concluirán qué animales las atacaron. Todos ellos están en un centro de acogida de la Comunidad de Madrid, a la espera de los resultados. Hay que tener en cuenta que uno de los perros que pudo haber atacado está mezclado con American Standford, una raza peligrosa.

Los expertos señalan que una de las claves para evitar este tipo de situaciones es una buena socialización. “En muchos casos se han visto pitbull que se convierten en ositos de peluche. Pero si se les tiene confinados o se les usa como vigilantes todo cambia", destacan.

Los dueños de los perros deben saber que tenerlos, si pertenecen a una raza peligrosa, también deben cumplir unas normas. Deben ser mayores de edad, carecer de antecedentes penales y no estar privado por resolución judicial del derecho a la tenencia de animales potencialmente peligrosos. La legislación vigente también recoge que los dueños deben tener las condiciones físicas y psíquicas precisas para cuidar y manejar adecuadamente animal.