Los científicos controlan sin parar el volcán de La Palma para saber cuándo terminará la erupción
Los expertos vigilan con cámaras térmicas las coladas de lava
Han instalado sensores para saber más sobre el magma que fluye por la ladera
Especialistas toman muestras de la lava y las rocas para conocer más datos de las erupciones
Un numeroso equipo de expertos no para de controlar y monitorizar el volcán de la isla de La Palma que entró en erupción la tarde del pasado domingo. Cámaras términas, sensores y toma de muestras, los científicos quieren saber todo sobre este volcán y su lava para intentar adelantarse a sus consecuencias y responder a la pregunta que todos los palmeros se hace: ¿hasta cuándo durará esta tragedia?
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Todos son conscientes de que solo tres días después de que apareciera la primera fisura sobre Cumbres Viejas y el volcán comenzara a expulsar lava es muy complicado responder a preguntas sobre plazos de la erupción. Y eso que todos reconocen que los científicos acertaron cuando pusieron fecha al inicio del episodio volcánicon, pero ahora su misión es saber cuándo va a terminar y las consecuencias que puede ocasionar el río de lava.
Para ello, los investigadores están utilizando drones equpados con cámaras térmicas con las que analizan la lava, su movimiento y su recorrido. Con todo esta información hacen mapas aproximados de por donde puede ir la lava y la probabilidad de que pase por un sitio u otro. También si el cono sigue expulsando lava y en qué cantidad que es lo que alimenta la lengua de lava.
Alejarse de las inmediaciones del volcán
El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha recordado en este sentido que el volcán se está monitorizando en todo momento por los científicos y con el apoyo de las instituciones y pedido colaboración a los ciudadanos para que no se acerquen a las zonas de exclusión porque son muy peligrosas.
"La mejor forma de ver el volcán es por la televisión, que los ciudadanos no sean un peligro más y no se acerquen ni colapsen las carreteras", ha señalado, subrayando que la exposición puede provocar daños personales en los ojos y los pulmones.