El buque que busca a Anna y Tomás Gimeno permanece en el puerto de Santa Cruz de Tenerife
El buque continuará la búsqueda tras solventar problemas técnicos
Tomás Gimeno y la pequeña Anna aún no han sido localizados
El jueves se halló el cuerpo sin vida de Olivia, fallecida por un edema pulmonar
El buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que busca a la pequeña Anna y a su padre Tomás Gimeno tras hallar sin vida a Olivia, continúa atracado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Allí se trasladó el sábado tras sufrir una avería que obligó a parar el rastreo en la zona después de trece días consecutivos.
Continuará la búsqueda tras solventar problemas técnicos
MÁS
La jueza del caso de las niñas de Tenerife: "La hipótesis fáctica más probable respecto a Anna es, desgraciadamente, la misma"
Tomás Gimeno mantuvo constantemente "un trato vejatorio y denigrante" hacia Beatriz Zimmermann
Miles de personas se manifiestan en toda España ante los últimos asesinatos de violencia machista
El barco del Instituto Español de Oceanografía (IEO), equipado con un radar de barrido lateral y un robot submarino, continuará con las labores de rastreo para tratar de encontrar a Anna y Tomás una vez se solventen estos problemas técnicos, según fuentes consultadas por Europa Press.
La avería se produjo cuando el Ángeles Alvariño se encontraba realizando rastreos en una zona más próxima al Puerto Deportivo Marina Tenerife, donde Tomás Gimeno tenía atracada su lancha, la cual fue encontrada vacía y a la deriva el día después de que se produjera su desaparición junto a sus dos hijas.
En torno a las ocho y media del sábado el buque oceanográfico se vio obligado a regresar a puerto tras la citada avería. El delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, informó el pasado viernes de que la búsqueda de Anna y Tomás seguiría, al menos, hasta este lunes y no descartó que estuviera más días si fuera necesario.
Orden internacional de detención de Gimeno
Por otro lado, el sábado, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) comunicó que sustituía la orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por un delito de sustracción de menores por otra referente a la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.
Igualmente la juez instructora del caso declaró la pérdida de competencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife, donde tiene su domicilio la madre de las niñas.
Reconstrucción de los hechos
El auto dictado, registra asimismo cómo sucedieron los hechos. En concreto, detalla que el 27 de abril, Tomás acordó con Beatriz pasar la tarde con sus hijas, lo que implicaba recogerlas hacia las 17.00 horas y llevarlas de nuevo a casa a las 21.00 horas. A continuación, Tomás llevó a Olivia a clases de alemán, donde acudía los martes y jueves.
En ese instante, Tomás entregó a su pareja, directora del centro, un estuche lapicero con cinta de embalar, pidiéndole que le llamara a las 23.00 horas del mismo día. Pese a ello, abrió el estuche hacia las 17.20 horas, encontrando en su interior un fajo de dinero por importe de 6.200 euros y una carta despidiéndose de ella.
Tras salir del centro, Tomás se dirigió con las niñas a casa de sus padres en Santa Cruz, dejando allí a Anna y llevando a Olivia a clases de tenis hasta aproximadamente las 18.30 horas. Tal circunstancia la aprovechó Tomás para acudir hasta la Marina de Santa Cruz, donde estacionó su coche a las 17.50 horas a la altura del pantalán en que mantenía atracado su barco para probar el motor, abandonando la Marina poco antes de las 18.00 horas.
Después de recoger a Olivia, regresó al domicilio de sus padres, donde permaneció hasta minutos antes de las 19.30 horas. Apenas quince minutos después, Tomás llegó a su casa en Igueste de Candelaria. Presuntamente, en dicha finca Tomás dio muerte a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura y éstas en bolsas de deporte, que colocó en su coche.
A las 21.05 horas, Tomás se desplazó con su vehículo, en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos sin vida de sus hijas, hasta Santa Cruz, parando un momento en casa de sus padres, donde a escondidas dejó su perro, dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de un Alfa Romeo que había dejado la madrugada del mismo 27 de abril, hacia las 00.30 horas, en la finca donde ejercía su actividad profesional, situada en Guaza.
Beatriz llegó a las 21.00 horas al domicilio de Tomás, a quien llamó por teléfono y quien le dijo que iban a comer algo y que le dejaría a las niñas en casa. Sin embargo, poco antes de las 21.30 horas Tomás regresó hasta la Marina. Tras estacionar el vehículo, realizó tres viajes desde el coche hasta su barco para llevar distintos objetos, entre los que estaban las bolsas de deporte en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos de Olivia y Anna. Finalmente, a las 21.40 horas zarpó con la embarcación.
A las 21.50 horas Beatriz llamó de nuevo a Tomás, quien le comunicó que ya estaba fuera de la isla con las niñas. Poco después, le telefoneó de nuevo y Tomás le dijo que ya no iba a ver ni a las niñas ni a él, que se iba con ellas y que iba a empezar una nueva vida. A las 22.30 y a las 22.40 horas, Beatriz repitió la llamada, ya desde el Puerto de la Guardia Civil, siendo la respuesta de Tomás la misma, aun cuando intervino un agente de la Guardia Civil.
Cuando ya estaba suficientemente alejado de la costa y sobre una zona que conocía profunda, hacia las 22.30 horas, Tomás arrojó al mar desde su barco las bolsas de deporte que contenían en cuerpo sin vida de su hija Olivia y presuntamente el de su hija Anna, ambas amarradas a un ancla por medio de una cadena y un cabo, quedando las bolsas, junto al ancla, depositadas al fondo del mar.
A las 22.30 horas, Tomás volvió a llamar a Beatriz, llegando a decirle que él no podía permitir que sus hijas crecieran sin su padre. A las 22.44 horas el teléfono de Tomás aparentemente se quedó sin batería, por lo que decidió regresar a puerto.
En la bocana de la Dársena Pesquera, hacia las 23.15 horas, Tomás se cruzó con una embarcación de la Guardia Civil, que realizó una propuesta de sanción contra él por incumplir el toque de queda. Seguidamente, volvió a atracar su barco. A las 23.45 horas, Tomás se dirigió a una gasolinera cercana y compró un cargador de móvil, cigarros y agua, regresando minutos antes de las 00.00 horas a la Marina, dirigiéndose con el vigilante de seguridad a su oficina a cargar el móvil. A las 00.27 horas, Tomás regresó de nuevo a su marco y zarpó por última vez.
Tomás volvió a hablar a las 01.28 horas con Beatriz, quien le planteó que las niñas necesitarían a su madre, a lo que él contestó que sabía que eso le iba a costar pero que con el tiempo estarían bien con él, ya que tenía suficiente dinero para vivir. A las 02.11 horas habla por última vez con Beatriz, despidiéndose definitivamente. Además, mandó varios mensajes de despedida a sus amigos, a los que comunicó que les dejaba varias de sus pertenencias, y a su padre, diciéndole que lo sentía de verdad, que lo sentía por él, pero que necesitaba esto y que por fin estaría bien y como quería. El último mensaje lo remitió a las 02.27 horas.
A las 17.37 horas del 28 de abril, su barco fue localizado en el mar vacío y a la deriva a la altura del Puertito de Guímar. Durante su remolque hasta el puerto de Santa Cruz fue localizado flotando en el mar el maxi cosi de Anna.
Finalmente, el pasado jueves el buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' localizó las dos bolsas de deporte, una de ellas rota y vacía y la otra conteniendo el cuerpo sin vida de Olivia, con lastres en su interior y sujetas a su vez a una cadena, un cabo y un ancla.