Ana Julia Quezada empleó una "violencia intensa y extensa" sobre Gabriel, según el perito de la acusación
El niño "fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza"
Ana Julia Quezada se ensañó con el niño de ocho años Gabriel Cruz. Es lo que se lee en el informe aportado a la causa por el médico Nicasio Marín, que realizó la pericial encargada por la acusación particular, que recoge que el niño de ocho años "fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza".
Esta tesis es rechazada de plano por el informe de los dos forenses del Instituto Anatómico forense que hablan solo de asfixia.
MÁS
El especialista ha explicado ante el Tribunal que juzga a Ana Julia Quezada, a partir de las pruebas realizadas, que esta empleó una "violencia intensa y extensa" contra él al quitarle la vida aquella tarde del 27 de febrero de 2018 en la finca familiar de Rodalquilar (Níjar, Almería).
Poco después de su declaración pericial, Nicasio Marín ha explicado así su valoración a las puertas del Palacio de Justicia de Almería reafirmándose en lo que ha sostenido anteriormente.
Marín, médico internista, ha asegurado que el mecanismo de muerte que describen en su informe del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería "es, probablemente, una banalización" de cómo falleció el menor que no es "ni razonable ni lógica". Marín ha subrayado que lo que sucedió aquella tarde en la finca de Rodalquilar son "hechos terribles y de una crueldad antes vista".
El niño podría haber sido reanimado
Nicasio Marín en su informe pericial reitera que Gabriel Cruz "fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza" y que, como consecuencia de esos golpes, le quedó "un estado confusional primero, estuporoso después, hasta llegar al coma".
El informe del experto añade que el niño "podría haber sido reanimado" en aquel "estado semicomatoso" y que, "más tarde, la asfixia por sofocación puso definitivamente fin a su vida", insistiendo en una versión que abre la vía que sostiene la acusación de asesinato con ensañamiento y alevosía.
Para su tesis subraya "la presencia del edema cerebral, así como el distres pulmonar descrito indica que, desde que se inician los gritos, las amenazas, recibe los golpes, el zarandeo, hasta que se obstruyen la boca y la nariz, y finalmente fallece", transcurre un intervalo de entre 45 y 90 minutos, según los expertos.
Discrepancias en los informes periciales
Los forenses del Instituto de Medicina Legal coinciden que Gabriel murió asfixiado, pero que los golpes que presentaba el cuerpo del niño se produjeron después, en las maniobras de la acusada durante la ocultación del cadáver.
Los dos forenses del Instituto de Medicina Legal rechazaron la tesis del informe pericial de la acusación de que el niño había recibido una paliza antes de ser asfixiado. Uno de los médicos aseguró que era imposible que el cuerpo hubiera sido golpeado con esa violencia y que ellos no lo hubieran apreciado en la mesa de autopsia.