Valladolid y Salamanca, dos caras ante la fase uno: de la bronca a la paciencia
Oscar Puente, alcalde de Valladolid, del PSOE, cree que las medidas son incoherentes y que nadie le consultó
En Salamanca se vive el pase a la fase 1 con paciencia
El alcalde de Valladolid llevará la medida ante los tribunales
No han reaccionado igual los dirigentes de Salamanca y Valladolid tras la decisión de que vuelvan a la fase 1. Oscar Puente, alcalde de Valladolid, ha anunciado que el Ayuntamiento que dirige va a recurrir ante los tribunales las medidas restrictivas que recoge la Junta de Castilla y León. Al paso ha tenido que salir el ministro de Sanidad, Salvador Illa para una llamada a la calma que evite la bronca y pidiendo diálogo. Se da la paradoja de que esta vez el dirigente que ha llamado a la batalla sea del PSOE que considera las medidas tomadas de "incoherentes" y "arbitrarias" las medidas adoptadas por la Junta en la ciudad y que no las aceptan porque no tienen sentido.
El Consistorio afirma que no ha sido consultado en momento alguno del proceso, ha insistido en la seguridad de los eventos programados y ha anunciado el recurso ante los tribunales ante estas medidas que afectan a derechos fundamentales. "No hay riesgo en las actividades programadas por el Ayuntamiento de Valladolid porque en todos los casos se limita el aforo, se establece una amplia distancia de seguridad y se controlan los accesos para evitar el contacto, como se ha comprobado en la reciente celebración del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle", ha apuntado el Consistorio.
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No ha sido la misma reacción la de las autoridades de Salamanca. Paciencia y temor son las palabras más usadas por los salmantinos a la hora de hace frente a las nuevas restricciones sociales y económicas dictadas por la Junta para contener los contagios de la covid-19 y que entran en vigor este jueves, unas medidas que nadie quiere pero que consideran necesarias para salir adelante.
Sobre las 11 de la mañana, Antonio, camarero de un bar próximo al barrio Vidal, comenzaba a montar la terraza sabiendo que a partir de mañana "no podrán sentarse juntas más de seis personas", algo que para él "es una auténtica tragedia”. A esa hora se acercó al establecimiento Ángel, a punto de cumplir los 86 años, que desde marzo pasado "apenas" entra en los bares: "los hijos me meten mucho miedo y las cosas no están como para hacer bobadas", se lamenta. Estos dos ejemplos pueden generalizar la situación que se vive en Salamanca y que mañana será una realidad cuando entren en vigor medidas restrictivas impuestas por la Junta de Castilla y León ante el avance de la covid-19 en Salamanca y Valladolid.
La paciencia es una de las palabras más utilizadas entre los salmantinos ya que son conscientes de que los contagios están en "aumento" y "no queda otro remedio", como señalan varios octogenarios que paseaban esta mañana por la avenida de Portugal. Y a eso se le añade el temor, el miedo a un rebrote mayor, el pánico a un nuevo confinamiento que puede llevar a la ruina a cientos de negocios y a cientos de trabajadores al paro, sobre todo de comercios y hostelería, como han vaticinado a Efe el presidente de la Cámara de Comercio de Salamanca, Benjamín Crespo, y el secretario provincial de CCOO, Emilio Pérez.
Para Crespo, hay que tener en cuenta el "factor psicológico" ante el temor de que "el consumo se reduzca, algo que hará que las empresas lo pasen muy mal, pues afectaría a todos los sectores y, de forma concreta, a los estratégicos de Salamanca como la hostelería y el sector servicios". Emilio Pérez, como representante sindical, ha considerado que la situación actual es de "incertidumbre e intranquilidad" por el futuro laboral de "cientos de salmantinos" que se pueden ver abocados al paro.
El presidente de la Asociación de Hostelería en Salamanca, Álvaro Juanes, ha destacado, por su parte, que estas restricciones "son excesivas", aunque entiende que "se adoptan de modo preventivo" y ha recordado que en los próximos días se tendrían que celebrar las Fiestas patronales salmantinas y se prevé el inicio de la llegada de universitarios foráneos.
Una de las asociaciones empresariales de Salamanca, CES, ha pedido "cautela y responsabilidad a la ciudadanía" ante el inicio de estas restricciones y, aunque "se entiende que las nuevas medidas anti-Covid van a frenar la actividad económica de distintos sectores", han solicitado a las administraciones que "tengan en cuenta la situación a la que nuevamente se enfrentan para estudiar medidas que fomenten la reactivación empresarial". Ángel y Francisca, matrimonio, regresan a su casa después de haber comprado en un supermercado de la plaza del Oeste y lo hacen "con el miedo a que vuelvan a aumentar los casos e impongan un nuevo confinamiento en casa". "No sé si resistiré más tiempo metida en casa sin ver a mis nietos, sin dar un beso a mis hijos", ha sentenciado Francisca