Desarrollan una "vacuna caliente" para evitar la cadena de frío y facilitar el reparto a lugares remotos
Su estudio fue ya aceptado para publicación en el Journal of Biological Chemistry
La temperatura se muestra como un factor clave entre los retos logísticos que supone la distribución de la vacuna contra la covid , especialmente a lugares remotos. Las vacunas que conocíamos hasta ahora, como la de la gripe, se conservan a temperaturas comprendidas entre los 2 y los 8 grados centígrados, sin embargo, según explica la Organización Mundial de la Salud, OMS, la mayoría de las vacunas contra la covid deberán refrigerarse a temperaturas muy por debajo de los cero grados centígrados.
Es lo que se llama la cadena de frío, algo fundamental en la vacuna anunciada por Pfizer. Lo ideal, frente a este problema, sería una vacuna que fuera tolerante al calor y pudiera distribuirse con decenas de millones de dosis sin que la alteración de la temperatura influya. Las que dependen de temperaturas bajas, cuando se rompe la cadena del frío, se desechan.
MÁS
Ante este planteamiento, un grupo de científicos indios ya trabajan en una vacuna 'caliente', o termoestable. Según los investigadores, que colaboran con el Departamento de Biotecnología de la India, la vacuna se puede almacenar a 100° C durante 90 minutos, a 70° C durante unas 16 horas y a 37° C durante más de un mes. "Espero que después de este estudio se abran nuevas posibilidades para lograr tener vacunas que no dependan de la cadena de frío", explicó el doctor Renu Swarup.
Los investigadores ahora están esperando fondos para comenzar las pruebas de seguridad y de toxicidad en humanos. Su estudio fue ya aceptado para publicación en el Journal of Biological Chemistry, una revista científica revisada por pares, publicada por la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular.
Las vacunas que soportan altas temperaturas son poco comunes. Solo hay tres autorizadas y aprobadas por la OMS para su uso a temperaturas de hasta 40 grados: la meningitis, el virus del papiloma humano y el cólera. Las dosis se pueden distribuir rápidamente en lugares de difícil acceso y se reduce la presión sobre los sanitarios. Según la OMS, estas inoculaciones ya han demostrado su utilidad durante las respuestas de emergencia a gran escala, pero habría que estudiarlo en el caso de la covid.